y lo escribí hace 3 semanas...
El dia que se atrevió a asomarse a la ventana, sus trenzas ya no llegaban al suelo, aunque eso daba igual porque tampoco había nadie que fuera a trepar por ellas. Por muchas manzanas que se comiera, o por muchos husos con los que se pinchara, ningún príncipe iría a despertarla con un dulce beso.
Y empezó a llorar y a llorar, con la esperanza de formar un mar de lágrimas por el que navegara algún marinero en su búsqueda. Y cantó como las sirenas para dar fuerza a su sueño.
Pero era demasiado tarde. Tenía que asumir que ya no había zapatito de cristal, que su hada la había dejado plantada, y que el amor es cosa de cuentos, no de princesas encerradas en torres de oro.
Y empezó a llorar y a llorar, con la esperanza de formar un mar de lágrimas por el que navegara algún marinero en su búsqueda. Y cantó como las sirenas para dar fuerza a su sueño.
Pero era demasiado tarde. Tenía que asumir que ya no había zapatito de cristal, que su hada la había dejado plantada, y que el amor es cosa de cuentos, no de princesas encerradas en torres de oro.